¿Pagaremos los blogueros?

Viendo los derroteros por los que andan prostituyendo al fútbol profesional español, sería más que deseable que, de una vez por todas, cerrasen tantos acuerdos monetarios como frentes tienen abierto, para de una vez y por todas, dedicarse a organizar el propio deporte, adaptar las labores arbitrales a las nuevas tecnologías, clarificar a qué le llaman unificar criterios arbitrales y podamos todos disfrutar de la pasión del  deporte. Sin más historias de derechos televisivos, horarios caprichosos y a temporales,huelgas peloteriles, historias concursales,cánones radiofónicos y tanto dopaje informativo con el que contaminar lo que interesa al aficionado: saber de su equipo de fútbol.

Acaba de comenzar la Revolución del Nido sobre un trato igualitario, proporcionado y justo, sobre los derechos televisivos cuando aún hay campos (prácticamente todos a excepción del Ramón Sánchez Pizjuán) en los que las emisoras de radio no pueden entrar y, en ésto tenemos a Pachi Izco presidente de Osasuna que se despacahaba ayer con un profético mensaje:

"Tras las radios, los siguientes en pagar serán los periódicos. Esto va a sí, que no os quepa ninguna duda de que os llegará".


A sabiendas de que el fútbol ya está montado así, en torno y en rededor de la premisa de hacer caja y puesto que, televisiones, radios y prensa escrita se lucran del deporte que otros pagan y sostienen, la ecuación se resuelve de forma sencilla. Pagando.
Se quejaban en el fin de semana pasada los periodistas de pasar por caja para informar en un tema que no deja de ser complejo puesto que aluden al derecho a la información pero, los medios se benefician de unos ingresos que no reportan a quién genera. Entendería el libre acceso si fuesen medios sin cortes publicitarios, sin patrocinios de goles, jugadas de ¡uy!,penaltis o de las secciones en busca de la cara más guapa del estadio. Por todo cobran y no quieren pagar.


Existen blogueros que informan, narran, opinan, debaten, entrevistan, elaboran reportajes o fotografían al equipo de sus devociones. Ésto no deja de ser más que una anécdota dentro del mercantilismo imperante. Se publicita al equipo, a sus patrocinadores, se enlazan a sus medios oficiales... en definitiva un bloguero vende imagen.
En un interesante estudio, un hispano canadiense y, experto en marketing de grande cuentas, estima en cerca de medio billón de euros el impacto publicitario que reportaría la blogosfera sevillista en materia publicitaria. Blogueros que, ya sea a través de un abono o del PPV televisivo, siguen la actualidad del equipo de Nervión. Gente que paga y que, tal y cómo está montado el chiringuito futbolero, debería de tener libre acceso. Pero no nos engañemos: Sería irreal e imposible de controlar, tanto cómo que a una de las mentes lúcidas de la LFP le de por ver que en nuestros blogs, se informa, opina, narra o cuántas facetas altruistas desarrollamos en un espacio personal, y decidan que debemos aportar un canon para su uso, engorde y disfrute. ¿Sería lo último?