Jequemate en Nervión

Robo, apertura, centro y gol. ¿Sencillo? sobre la letra sí, pero sobre el tapete sólo hubo un equipo capaz de hacerlo y de percutir al cuadrado. Y pudieron ser más.

Dos minutos del manual blanco y rojo del Sevilla de Marcelino, sirvieron para poner en franquicia no sólo el resultado, sino que, junto a la comunión general con la grada dieron un vuelco a la amarga sensación del prematuro abandono de la competición europea.  Se exigía cambiar rápida y sobre la marcha el chip competitivo, centrase de aquí al invierno exclusivamente en la liga y, cuanto antes comenzar a optimizar el balance de resultados, otorgar credibilidad a un proyecto recién parido y afianzar la moral del grupo y de algunos elementos en particular. 

Dio el Sevilla Fc con el rival idóneo: Choque regional ante un equipo que intentó -de mentira- jugar al balón y, al que el aparato mediático coloca a la altura de rival directo. Sirvió la baja de Kanoute para que el técnico asturiano le diera un bofetón en la boca a todos aquellos vocingleros que se dedicaron, tras la doble confrontación contra los germanos, aconsejarle que el sistema es negociable, que debía ser cambiado, que no se puede jugar con 4 delanteros, no reparando en la cuenta que con Manu del Moral  de guardaespaldas y busca espacios de Negredo, 2 (en las alas) + 2 (en la punta de lanza) = 4 delanteros. Hubo más ayudas, coberturas, se adelantaron las líneas, se trabajó de manera solidaria y, el resultado jamás estuvo en serio peligro puesto que, las llegadas de Eliseu por la izquierda y las de Joaquín por la derecha fueron blandas, planas y Javi Varas (al que nadie discutía su titularidad en liga) casi fue un espectador en el encuentro. Por que, la única vez que hubo de emplearse a fondo, lo hizo bien. Pero el chutazo de Santi Cazorla era imparable. Un potente y colocado disparo se coló por su escuadra izquierda, pero el de Pino Montano se tiró bien, arriba y con la mano tratando de llegar a dónde no hay forma humana de hacerlo.

Fue lo único del Málaga, que junto a la incomensurable labor de Toulalan, no demostró nada. Por que Caballero, el portero tuvo más de fortuna que de winston a la hora de repeler el sometimiento al que le obligó Álvaro Negredo. Y es que el vallecano firmó anoche dos goles. Perdón, dos golazos. Aparte se entretuvo en rubricar el manual del rematador: de cabeza, con el exterior, vaselina, potente, colocado...pero no satisfecho, asistió, condujo, bajó balones, jugó de espaldas, protegió, eligió mejores opciones, presionó y robó. En definitiva: el delantero total. Acabó vaciado, reventado, pero contento, y así supimos reconocerlo.


A destacar: El partidazo ¿todos desde que llegó? de Medel;  las ayudas en las facetas del juego de Trocho;el gran nivel de Cáceres en la izquierda , muy concentrado y sobrio; el punto de forma de Navas y Perotti; todo el trabajo sin balón de Manu, la solvencia de la pareja de centrales, el aporte de Coke y la serenidad que transmite Javi Varas.


En el debe: no incrementar el balance goleador.


Se comenzó como había que hacerlo, ganando, jugando y convenciendo.


Sevilla:  Javi Varas , Martín Cáceres , Spahic, Escudé, F. Navarro (Coke), Jesús Navas, Medel, Trochowski, Perotti (Armenteros), Manu Del Moral (Campaña) y Negredo.

Málaga:  Willy, Jesús Gámez, Demichelis, Mathijsen, Eliseu (Monreal), Joaquín, Toulalan, Apoño (Maresca), Cazorla, Rondón (Seba Fernández) y Van Nistelrooy.


Árbitro: Delgado Ferreiero (Colegio vasco).


Goles: Minuto 1, 1-0 Negredo. Minuto 25, 2-0 Negredo. Minuto 80, 2-1 Cazorla.

Factores del partido:
Negredo 3F
Medel 2F
Trochowki 1F